15 de abril de 2014

DE NUEVO, SEMANA SANTA.


No existe intención de herir sensibilidades, ofender o molestar a alguien. Solo deseo hacer uso de mi presunta libertad de expresión, que últimamente y como sigamos siendo dirigidos por estos involucionistas,  también llegaré a perder.

Sigo sin entender la adoración o veneración que se puede sentir ante una imagen, escultura o busto vestido bajo una capa de madera, cerámica o cartón, cuando en realidad viendo los innumerables cristos, vírgenes y santos no podría saber cual elegir. 

Me indigna comprobar los golpes de pecho que se pegan muchos en estas fechas señaladas, parece que cumplen ya, para el resto del año. Algo similar a lo que ocurre en navidad, hipocresía pura. No significa que el no compartir estas actitudes religiosas por tradición, uno no crea en nada, muy al contrario en mi caso personal, o se merezca directamente la hoguera.

Dentro del ser, en lo más profundo, es donde esos personajes tan elevados deben de existir, es donde están, así, sin más. (Busca y encontrarás). 
Me quedo con la cita de Abraham Lincoln,  una de las reflexiones más sabias que conozco. "Cuando hago el bien me siento bien, cuando hago el mal me siento mal". Esta es mi religión.

Sigamos vistiendo el muñeco con una ropa que no le corresponde, pero del agrado de los "dioses" institucionales de la tierra, verdaderos pastores que saben conducir a su rebaño, siempre hacia sus intereses y beneficios, marcando el camino a recorrer, según ellos el único y verdadero. Hace ya tiempo que no lo sigo, y sé que no es el mío. Buen viaje.