12 de junio de 2014

RETORNO HACIA MI MISMO

Quiero volver a construir aviones y barquitos de papel para hacerlos volar y navegar otra vez. Aunque sea en un campo de arena o en un surco de agua después de una tormenta. Quiero jugar a las canicas o competir con mis chapas de Fanta, Mirinda o Pepsi Cola, junto a mis amigos, en los circuitos de tierra construidos con la única herramienta que teníamos, las palmas de nuestras manos. Quiero jugar al fútbol otra vez y que las porterías sean dos piedras grandes cubiertas con el jersey o la chaqueta de punto que me hizo la abuela. Necesito volver de vez en cuando a recordar esto, para valorar lo sencillo. Una época en la que no sabía, que no sabía y no me preocupaba por saber. Época en la que pensaba que todo el mundo era justo, bueno y honesto, desconociendo significados de palabras como la envidia. Hoy, al madurar con el paso de los años entendí que no sabemos querer y amar, que es esa envidia la principal causa de desear el mal, que el dinero maneja el mundo y que ya no importa el sentir, sino el conseguir y cada vez más. Por esto, me niego rotundamente a dormir al niño interior, ese niño interior que sigue con aquella esperanza en un mundo mejor, que cree en el poder de una sonrisa, en un apretón de manos, en un abrazo, en una palabra dulce, en el héroe del tebeo y en la imaginación. Quiero retornar a la inocencia, para seguir valorando lo bueno y sencillo que me rodea y que a veces mi ser adulto ha dejado de apreciar. Quiero retornar a esos años en los que confundía sueños con realidad. La mejor manera de mirar en mi interior. Y entonces, solo entonces valoras y entiendes el significado de las cuatro palabras grandes del tema de este vídeo. Amor, devoción, sentimiento y emoción.